A veces no sabemos distinguir lo que es real de lo que nos imaginamos.¿Realidad o ficción?
La ira es buena prueba de ello. Nos sentimos tan ignorantes a veces que por creer que el de delante nos está juzgando (casi siempre mal); hacemos valer nuestra ignorante ira en pos de una verdad que pierde sentido durante la lucha.
Oye y si no existe el de delante: nos lo imaginamos. Para algo nos tiene que servir el no saber de ésta vida a veces NADA.
2 comentarios:
Cuánta razón tienes, querida amiga. Mejor no podías haberlo argumentado gráficamente con ese vídeo, que aunque gracioso, es también poseedor de un desequilibrado punto triste y primario.
Ánimo. Un abrazo.
Gracias; por ésas yo andava cómo menos de un mes. Lidiando con la ira, y me pareció aleccionador ver en los demás el fallo. Cómo éste perro se imagina de su pata que es un rival que le quiere quitar el sustento.
Besos mil
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